Cerraste todas mis heridas con solo una sonrisa, y no una sonrisa cualquiera sino la que hizo que mi mundo temblara, esos 5 segundos que dura una sonrisa sincera y esos 30 segundos que no sabes que cara poner, esa mirada que inunda a cualquiera.
Dibujaste en cada poro de mi piel todas las formas de la felicidad más sincera, como un niño que vive cada momento sin ser consciente que un día se hará mayor.
Quiero compartir contigo el olor a café recién hecho todas las mañanas y aprender de memoria todos tus movimientos antes de que subas las persianas de tu casa.
Lucharé para que entiendas que la vida es mucho más que eso que tú crees, que tú eres capaz de romper con todos tus fantasmas. Que puedes con todo aunque suene a tópico, piénsalo… vale la pena.
A ti, que no te gusta leer y te agobias cuando pisas una librería, esos sitios donde me pasaría horas y horas, a ti, te escribiré poesía, te hare poesía, porque des de que llegaste a mi vida te encargaste de traer la poesía que le faltaba a mi piel. Simplemente, mi vida dejo de ser una triste canción de Sabina.
