A veces me pregunto porque no te dije, aunque sólo fuera la mitad de las cosas que pensaba de ti. Nada de lo que pasó hubiera sido así si no hubiera sido una inconsciente. Nada de esto hubiera pasado si te hubiera dicho lo que pensaba de nosotros. Nunca te hubieras marchado.
Hice prisioneras mis palabras y la realidad, en lugar de hacer prisionero el miedo que tenía. Lo tiramos todo por la borda por estupideces. Y ahora, unos años después, puedo declarar que dejé escapar una de las oportunidades más bonitas de mi vida, que caprichosa es la vida…
Me imaginé un mundo contigo y ese fue el error. Me imaginé que estarías allí para todo y ese fue el error.
Infinitas veces me he preguntado qué sería de mi vida ahora si no nos hubiéramos conocido en esas circunstancias. Demasiadas conjeturas y muchas que hubieran podido ser reales. Viviré con eso y con el recuerdo de haberlo vivido tal y como fue.
